Que sí, que sí, que estuvimos en Madrid!!!
Tras muchos meses preparando esos inenarrables e intensos seis días, hemos podido vivir ese enorme regalo de Dios llamado Jornada Mundial de la Juventud.
Ya el domingo antes de nuestra partida para Madrid, disfrutamos de una maravillosa antesala: la eucaristía en nuestra parroquia junto a 200 mexicanos, que como nosotros, peregrinarían a Madrid.
Tras madrugar, salimos de Carmona y llegados a nuestro destino en Móstoles, comenzamos la cuenta atrás de las 144 horas intensas que nos esperaban por delante, en las que al filo de nuestras fuerzas, gritamos con el alma: "esta es la juventud del Papa"; "lo dice el Papa, lo dicen los obispos: la juventud es lo mejor que tiene Cristo", etc, etc...; saltamos a la voz de: "Benedicto" al verlo llegar en el papa móvil; bailamos sin miedo al ridículo con cada canción en italiano, francés, brasileño, inglés, portugués...; nos pateamos medio Madrid en busca de las actividades y eventos organizados, disfrutando de los conciertos, la feria de las naciones, etc; asistimos a la catequesis de nuestro Arzobispo Juan José; nos sumamos a la marea humana que se congregó en la misa de bienvenida del obispo de Madrid a los peregrinos; nuestro corazón latió con fuerza en la misa de bienvenida al Santo Padre Benedicto XVI; nos emocionamos con el Vía Crucis y acompañamos a la Virgen de Regla en su regreso; sufrimos la tormenta, los truenos, el vendaval y el agua de Cuatro Vientos en una noche mágica e inolvidable durmiendo bajo las estrellas y adorando de madrugada al Santísimo Sacramento; y recibimos de manos del Santo Padre la misión de anunciar todo lo vivido a los demás jóvenes de nuestro entorno...
Y en medio de tanto ir y venir, lo que más enriquece: el compartir con gentes maravillosas de todo el mundo un mismo sentimiento, una misma alegría, un mismo corazón, sin que el idioma fuese inconveniente alguno, encontrándonos con el regalo de la cercanía en el colegio donde dormíamos (o lo intentábamos si los ronquidos nos dejaban) de 27 jóvenes increíbles de
Mairena del Alcor y de 6 de
Lora del Río, con quienes vivimos una inolvidable experiencia de camino.
A pesar del cansancio, de las poquísimas horas de sueño, de la fiebre sufrida por algunos, del calor intenso y agobiante de todos los dias, de las duchas de madrugada con agua helada, de la dureza del suelo del pabellón, de los pies reventados de tanto andar, de las camisetas pegadas al cuerpo de tanto sudar... a pesar de todo, el corazón ha vibrado como nunca, dentro de cada uno se ha colado una felicidad difícil de expresar con palabras, y fácil de ver en nuestros ojos, ha traspasado nuestras almas la fuerza del mensaje de Jesús y hemos descubierto que vale la pena!!!
Dios nos ha regalado unos días de gracia, unos días en los que a cada paso se le respiraba, en los que a cada paso podías encontrarte con Él en cada mirada, en cada canción, en cada bandera, en cada celebración... Por todo ello le damos infinitas gracias.
Ahora nos toca a nosotros contagiar, compartir todo lo vivido: ilusionando a los demás jóvenes de nuestros grupos de catequesis, trasmitiendo en la parroquia la fuerza recibida en estos días, llevando a nuestras familias la alegría de sentirnos cristianos, de vivir sin miedos en medio de otros jóvenes los valores del evangelio.
Firmes en la fe!!! Esa es nuestra consigna para cada día a partir de hoy, para el nuevo curso que se avecina, para aquello que nos espera a cada uno de los que hemos tenido la dicha de ser uno de esos casi dos millones de jóvenes que han inundado con su alegría las calles de Madrid.
El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!!!
