Hoy, iniciamos la Cuaresma, cuarenta días que nos conducen a la alegría de la Pascua del Señor... según palabras de Benedicto XVI.
Inauguramos un nuevo tiempo litúrgico en el que tenemos la oportunidad de mirar nuestro interior, de ahondar en aquello que nos impide caminar en la ley de Dios, que no es otra que la ley del amor.
En este tiempo de Cuaresma se nos invita a la CONVERSIÓN, al cambio...
Convertirse es mirar en otra dirección, más allá, más lejos, más profundo.
Convertirse es comprometerse un poco más, un poco mejor...
Tal vez es el momento de preguntarnos ¿qué debo convertir en mi vida?; ¿qué es necesario transformar en mi para acoger la Palabra y hacerla Vida?; ¿qué debo cambiar para hacer más auténtico y real mi compromiso?
No dejemos pasar este tiempo de oración, ayuno y limosna... porque él nos conducirá a la mayor esperanza del cristiano: la resurección.
