Hace un año, sí, un año, que casi todos los miembros que integran este grupo dieron ese paso de madurez que les llevó a decir sí y recibir el sacramento de la confirmación.Sin duda, el Espíritu Santo actuó en cada una de sus vidas y les llevó a comprometerse un poco más... a seguir caminando y no dejar el camino como otros muchos jóvenes hicieron... a seguir madurando, creciendo en la fe, apostando por Aquel que nunca falla y que muchos intentan olvidar o acallar su voz: Jesús de Nazareth.
Ha sido un año de muchas experiencias vividas. La ilusión y la alegría, les ha llevado a recorrer estos 365 días, aunque ese andar no ha estado exento de altibajos y renuncias, debilidades y miedos.
Hoy en nuestra oración, juntos como aquel día, hemos orado trayendo a nuestro corazón lo vivido, pidiendo con insistencia: ¡Ven, Espíritu de Dios!, recordando a los que no se sumaron al comienzo al carro de este grupo y a los que poco, a poco, se han ido quedando en el camino. Una oración en la que hemos intentado descubrir en nuestras vidas las huellas de Dios, que a su paso nos va dejando los dones de su Espíritu.Con esta oración cerramos este curso, nuestro primer curso como Grupo de Jóvenes de la Parroquia de Santa María, aunque aún nos queda la Convivencia de Final de Curso que tendrá lugar durante los días 25, 26 y 27 de junio, en la que revisaremos nuestro compromiso, proyectaremos para el verano y el próximo curso y sobre todo, compartiremos risas, muchas risas, no descartando alguna que otra lagrimilla...
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