jueves, 14 de octubre de 2010

VAMOS... QUE NOS VAMOS!!!!

Pasó el verano... Atrás quedaron los días de ocio y vuelve el tiempo de las pequeñas cosas, de esas cosas sencillas que hacen cada día distinto y único.

Pasó el verano... y llegó un nuevo curso, un nuevo tiempo de encuentro del grupo de jóvenes, de cada un@ de quienes lo integramos. Y como no podía ser de otra forma, comenzamos a caminar organizando una convivencia en la que marcar los objetivos para el curso, en la que tomar conciencia de hacia dónde dirigir nuestros pasos, juntos, unidos, con ilusiones compartidas y renovadas.

Y desde el compartir de lo que somos, durante todo un día intentamos reflexionar sobre nuestra llamada, sobre nuestra vocación como jóvenes cristianos, sobre nuestro compromiso a nivel individual y de grupo.

Entre risas y alguna que otra lágrima, con momentos de oración y de reflexión, establecimos los objetivos para este curso, que intentaremos desde nuestro compromiso, sean una realidad en medio de nuestra parroquia.

Cuatro son los objetivos propuestos para nuestro segundo año como grupo de jóvenes de la parroquia de Santa María:

1) Apadrinar a un niño en México con la ONG Claretina Korima, queriendo con este pequeño gesto contribuir a la construcción de un mundo más justo, sobre todo para los niños.

2) Trabajar por y para los jóvenes de la parroquia, promoviendo encuentros y actividades que les ayude a descubrir que merece la pena vivir en amor y seguir a Jesús. Una de esas principales actividades será la celebración de una misa de jóvenes todos los sábados por la tarde.

3) Seguir creciendo y fortaleciendo nuestra fe, mediante la formación de los miembros de este grupo, teniendo como principal base la oración mensual y el análisis de temas que nos ayuden a vivir nuestro compromiso como jóvenes cristianos en medio de nuestra sociedad.

4) Participar en la Jornada Mundial de Jóvenes con su santidad el Papa, Benedicto XVI, que se celebrará del 16 al 21 de agosto de 2.011 en Madrid.

Sabemos que estos objetivos sin nuestro compromiso y nuestra constancia, pueden quedarse sólo en los sueños de 17 jóvenes. Por eso, intentaremos darlo todo desde la alegría y las ganas de saber que podemos sembrar ilusiones y sueños en otros jóvenes.

Y esta convivencia no podía acabar de otra manera que celebrando la Eucaristía, poniendo en las manos de Dios todos nuestros sueños, nuestras ilusiones y nuestros deseos de seguir descubriendo su inmenso amor, ese amor que nos lleva a buscarlo sin descanso.

Vamos... que nos vamos!!!!